Las cuadrillas de San Martín: una tradición que se niega a desaparecer

Las Cuadrillas de San Martín, ese legendario ballet ecuestre que hoy es patrimonio cultural de la nación y que escenifica la lucha de los llaneros y los indígenas por la soberanía de las tierras llaneras frente a la intención expansionista de la corona española, está bajo la custodia de la Junta Patronal, la cual continúa en la tarea de conservar una tradición que se transmite de generación en generación, desde hace casi tres siglos.

Jeison Andrés Molina, es el actual presidente de la junta y quien tiene la responsabilidad en compañía de los demás integrantes de la Corporación Junta Patronal, de coordinar, promocionar y realizar anualmente las cuadrillas en la legendaria San Martín de los Llanos.

De acuerdo con Jeison, esta es una tarea titánica, pues la organización de las cuadrillas toma por lo menos seis meses, durante los cuales se preparan los trajes, se realizan las prácticas y se genera todo el proceso de difusión del evento que se realiza todos los años durante el puente festivo del mes de noviembre.

Pero más allá de la organización y la realización de este, uno de los espectáculos más bellos del mundo, está la tarea de lograr que las nuevas generaciones se apropien de la tradición que sus antepasados han conservado durante más de doscientos ochenta años. Es aquí donde actividades como los ‘cuadrilleritos’ toman especial importancia.

Según explica Jeison, esta iniciativa de Guillermo Carrillo, quien dirige el grupo de ‘cuadrilleritos’, cerca de 60 niños sanmartineros que aprenden, desde temprana edad, la importancia de las Cuadrillas de San Martín y su importancia en la historia del municipio que los vio nacer.

“La idea es que los hijos de los cuadrilleros puedan adquirir el amor por las cuadrillas. Pero más allá de hacerlo con los hijos de quienes hacemos parte de las cuadrillas, queremos que este proyecto llegue a los colegios y a los barrios. Para que en estos escenarios ellos tengan elementos históricos y culturales para defender esta tradición”, explica Molina.

La herencia cuadrillera

Dentro de las experiencias más significativas, Molina describe, con mucha emotividad como los integrantes de los diferentes grupos que integran el juego de las cuadrillas, van integrando a sus hijos a la actividad.

“Por ejemplo, tenemos un compañero, Camilo Martínez, él confecciona en compañía de su hijo el traje con el que participará en las cuadrillas, pero lo más bonito es ver que el niño también hace su traje. Un traje para el papá y un traje para el niño, y ambos participan en el desfile de cuadrilleros”, resalta el dirigente de la Junta Patronal.

Otra de las actividades que se adelanta con los pequeños en este municipio es el acercamiento a las actividades de preparación de los caballos y los adornos que conforman cada traje, esto con el fin de que conozcan su significado y la relevancia que tiene cada elemento dentro de la construcción de la coreografía que se desarrolla en la Plaza de Cuadrillas.

“Usted no se imagina la emoción que me generaba de pequeño ver a mi papá llegar montado en su caballo a la Plaza de Cuadrillas. Esa misma emoción quiero que la sienta mi hijo cuando me ve participar y con el tiempo que yo me pueda sentir orgulloso de verlo llegar en su caballo para jugar en la cuadrilla. Eso no tiene precio”, expresa con profunda alegría Jeison.

Las mujeres y las cuadrillas

Cuenta la historia que si bien, las mujeres no salían al campo de batalla, su papel siempre ha sido fundamental en el desarrollo de las confrontaciones que se han llevado a cabo a lo largo de la historia de la humanidad.

Cuando le preguntamos a Jeison acerca de la posibilidad de que las mujeres puedan participar en el juego de las cuadrillas, su respuesta fue sorprendente: “no nos negamos a la posibilidad de que las mujeres hagan parte de alguno de los equipos. Las cosas evolucionan y también debemos pensar en los actuales cuadrilleros que no tienen hijos varones”.

Explicó que es un punto que debe ser consensuado al interior de la junta patronal, pues aunque muchos están de acuerdo con la idea de incluir a las mujeres de manera más activa en el juego de las cuadrillas, hay quienes aún se mantienen fieles a la tradición de que solo es un privilegio reservado para los herederos hombres. Aunque resalta que, algunas esposas e hijas de cuadrilleros se visten y están en el campo haciendo parte de los equipos, aunque oficialmente aún no juegan.

“Estamos en la tarea de lograr concertar este importante cambio. Mientras las cosas se dan, las mujeres siguen siendo el apoyo más importante en la organización del evento. Ellas nos ayudan a coordinar los temas logísticos, a estar atentas de los trajes y por supuesto que tienen los mejores lugares en la Plaza de Cuadrillas para disfrutar del espectáculo”, indicó.

Lo cierto es que este se ha convertido en uno de los eventos culturales más importantes a nivel nacional e internacional, pues miles de turistas llegan a San Martín de los Llanos cada noviembre para disfrutar de este espectacular evento ecuestre que más allá de representar la lucha de los habitantes de esta región por salvaguardar su tierra, es la muestra de la tenacidad y empuje de la raza llanera. Y como lo expresó en alguna oportunidad en uno de sus conciertos el ‘Cholo’ Valderrama: “el llanero es tan berráco que nace donde se le da la gana”.